¿Tienes sed o hambre? El Norte, suplemento salud, julio 2017

¿TIENES SED O HAMBRE?
Aprende a identificar tu necesidad de comer o beber, ya que en verano suelen confundirse.
¿Sabes identificar cuándo sientes hambre o sed?
En verano, debido al calor, al cambio de hábitos y a un entorno que incita a comer más de la cuenta, las sensaciones de hambre y sed pueden confundirse con facilidad, remarca la health coach Elsa Sada.
“Es una época de alto riesgo de deshidratación y es más probable tener desajustes en el control del apetito y la saciedad debido a que nos deshidratamos más fácil”, dice la experta en nutrición y especialista en bienestar empresarial.
Esto porque hay más tiempo libre y, por tanto, las personas están más expuestas a tomar alimentos, comenta la experta con maestría en nutrición y dietética por la Universidad de León en España.
“Al dejar la rutina laboral nos enfrentamos a un contexto por completo diferente, el mismo motivo por el que los fines de semana comemos y bebemos más de la cuenta”.
También, las elevadas temperaturas pueden hacer que el cuerpo sude más y por tanto que aumenten sus necesidades hídricas: la sed es un instinto básico que impulsa a beber cuando los niveles de agua descienden.
“La sensación de sed también se puede incrementar cuando se comen ciertos alimentos muy salados o muy dulces”, explica la especialista.
En cambio, el apetito puede cambiar cuando se aumenta el consumo de “calorías vacías” como helados, refrescos y bebidas alcohólicas.
“Si nuestra señal de saciedad funciona correctamente, no deberíamos de confundir el hambre y la sed. Sin embargo estar expuestos a tantos estímulos y condicionantes externos lo dificulta”, dice Sada.
Por eso no es extraño encontrarse con ganas de comer o de beber sin que el cuerpo tenga esa sensación fisiológica real, explica.
Para saber si es hambre o sed, la respuesta más lógica es de sentido común y recae en preguntarse qué se ha comido, cuánto líquido se ha ingerido y qué actividades se han realizado durante el día.
“Aparte, si la sensación de hambre o sed viene acompañada de un ligero dolor de cabeza, es más probable que sea una deshidratación parcial, en ese caso es preferible beber y rehidratarse.
Si persiste la duda entre si la sensación es de hambre o sed, la mejor estrategia es beber agua y esperar entre 5-10 minutos, recomienda la health coach.
“La sed se consigue aliviar en tan solo ese tiempo, mientras que el hambre puede llegar a implicar 20-25 minutos de espera”, observa la experta con maestría en nutrición y dietética por la Universidad de León en España.
El agua es vida
“El agua es indispensable para el correcto funcionamiento del organismo humano y necesaria para eliminar toxinas, regular la temperatura del cuerpo y transportar nutrientes, y residuos hasta los riñones. Se encuentra dentro de cada una de las células de nuestro cuerpo, mantiene húmedos los ojos, está en la sangre y en el sistema digestivo”, desarrolla Sada.
El cuerpo necesita reponer las pérdidas diarias de líquidos que se producen a través de la orina, las heces, la transpiración cutánea y la respiración, aunque la sudoración, las diarreas o la fiebre pueden aumentarlas.
“La pérdida neta diaria de líquidos oscila entre uno y tres litros y para reponer esta cantidad hay que ingerir 2.5 litros”, menciona la experta en nutrición y especialista en bienestar empresarial.
Esta cantidad es mayor en climas calurosos, deportistas, personas con dolencias -como acidez de estómago- o las que pretenden adelgazar. En mujeres embarazadas puede elevarse hasta más de tres litros diarios.
Para ellas, beber resulta más fácil, porque la lactancia provoca más sed debido a que el 90 por ciento de la leche materna es agua, necesaria para cubrir las necesidades hídricas del recién nacido.
“Sin agua no hay vida. Un ser humano sano puede sobrevivir más de un mes sin probar alimento, pero no pasaría de unos pocos días sin posibilidad de beber”.
Signos y síntomas de deshidratación
- Bebés y niños pequeños
-Llanto sin lágrimas
-Piel, boca y lengua secas y agrietadas
-Ojos hundidos y piel grisácea
-Menor cantidad de orina (bebés menores de 3 meses mojan el pañal cada seis horas como mínimo y los niños que ya caminan al menos tres pañales diarios)
- Adultos y ancianos
-Malestar en general
-Dolor de cabeza
-Cansancio
-Dificultad de concentración
-Confusión mental
-Orina concentrada
-Sequedad de la piel
Consecuencias de no beber agua:
-Problemas renales, intestinales y circulatorios y el metabolismo se entorpece.
-Digestión lenta: los alimentos necesitan disolverse en una solución de jugos gástricos y agua.
-Orina concentrada en exceso y problemas en riñones que, para preservar la sangre, acumulan sales.
-Estreñimiento: el agua disuelve fibras residuales de los alimentos y ayuda a expulsar las heces del cuerpo.
-Sin la cantidad de agua necesaria, la velocidad de la circulación sanguínea es menor que la aconsejable.
-Boca seca, ojeras, disminución de la orina y presión baja.
Aumenta tu hidratación
-El agua debe ser la bebida de elección: aumenta paulatinamente la cantidad diaria por semana y continúa bebiendo hasta formar el hábito de tomar suficiente diariamente.
-Toma un vaso al despertar, antes de desayunar, comer, y cenar y cuando sientas hambre.
-Bebe unos 500 mililitros una hora antes de una actividad intensa bajo el sol; la hidratación es preventiva, evita lesiones y permite un rendimiento óptimo.
-Escoge alimentos frescos y variados, abundantes verduras, hortalizas y frutas diariamente; evita los que contengan mucha sal y azúcares, impide tenerlos a la vista.
-Coloca una botella de agua de 1.5 litros en un lugar visible y bébela antes de finalizar el día.
-Evita las bebidas con alcohol.
10 razones para hidratarse:
- Fomenta el buen funcionamiento de todas las células (nerviosas, del corazón, del riñón, del hígado, musculares, de la piel).
- El agua es el medio necesario para todas las reacciones del organismo y en la que se diluyen todos los líquidos corporales (sangre, secreciones digestivas, orina).
- Es esencial para la digestión y la absorción de los nutrientes de los alimentos y la eliminación de los productos de desecho.
- Desempeña un papel fundamental en el sistema circulatorio porque ayuda al transporte de los nutrientes y de todas las sustancias orgánicas.
- Colabora en el mantenimiento de la temperatura corporal mediante la evaporación a través de la piel.
- Los riñones funcionan mejor, producen más cantidad de orina y más clara, limpian la sangre de sustancias de desecho (toxinas) y las eliminan con mayor facilidad.
- Disminuye el riesgo de que se produzcan cálculos renales e infecciones urinarias y respiratorias.
- Previene o mejora el estreñimiento.
- Ayuda a depurarnos y limpiar el organismo de toxinas.
- El agua es vehículo de sales minerales (calcio, magnesio, flúor, hierro) que el organismo precisa para su buen funcionamiento.







